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miércoles, 29 de septiembre de 2010

critica al cuento "El ruiseñor y la rosa" de Wilde


LA IMAGEN DEL PÁJARO EN EL CUENTO EL RUISEÑOR Y LA ROSA DE OSCAR WILDE
Walter José Martins Migliorini Ph.D.

 
“Eros y Psique son alados y se nos escapan tan pronto juzguemos alcanzarlos.” En el mito, cuando Psique ilumina con una lamparilla a su esposo para descubrir su identidad, éste se despierta y se aleja.”



Tal vez aquí podríamos aprender una lección. Describir pulsante aún, la realidad del amor es una tarea insuperable y cualquier tentativa más disecadora, racionalizante, en este sentido termina por producir un efecto contrario.


Intelectualizamos sobre las cosas cuando poco o nada sabemos sobre ellas. Nada mejor que las imágenes y símbolos en las obras de arte, mitos y religiones. Además, es claro, de la experiencia directa de estar enamorado para expresar el fuerte componente irracional del amor.

EL VUELO DE LOS PÁJAROS
Los cuentos de hadas enriquecen la vida de los niños y les dan una dimensión encantada exactamente porque ellos no saben absolutamente como funciona el hechizo de estas narraciones sobre ellos.
(Bruno Bettelheim)




La imagen del pájaro deambulando, remoto en el espacio tiene algo de numinoso inalcanzable. ¿Para dónde va? Si lo seguimos, para adonde nos llevará? ¿Para que peligros o que deleites? ¿Sabe o juega?
Es alado, capaz de moverse libremente en el elemento más denso: el aire. Su propio canto, esa mecánica aérea, revela una intimidad con el aire. Generalmente es un animal leve, frágil, pequeño, delicado. Al estar en contacto constante con la tierra, también es un símbolo referente de unión, entre lo celestial y lo terreno, tal vez podemos concluir, de religazón entre lo humano y lo divino. A semejanza de los pájaros, los ángeles, símbolo de aspiraciones insatisfechas e imposibles, (Chevalier) Gheerbran, 1988, p. 60-61) son representados con alas. La palabra griega oionos significa ave, además de augurio y presagio (Magnien & Lacroix).


No se detienen, ni se aproximan espontáneamente al frente de todas las personas, solamente de las especiales; de los santos, de los piadosos, de los elegidos, o en momentos especiales.


En las imágenes de San Francisco de Asís aparecen cerca o parados sobre sus manos u hombros y en las biografías sobre el santo son comunes los relatos de su familiaridad con los pájaros.


La aproximación espontánea de un pájaro es señal de buena ventura y más bien parece expresar la ligazón o religazón con lo sublime. En el Arte Sacro, el Espíritu Santo es simbolizado muchas veces como una paloma blanca, que al aproximarse al creyente, lo conduce a un estado de gracia.


Sin embargo, el pájaro respecto al símbolo comporta una naturaleza sombría. Lo caótico. En la China el símbolo del Caos es un pájaro (Chevalier & Gheerbrandt, 1988, p. 687).


Es notable su capacidad de orientación en el espacio, así como también lo es su agilidad fortuita, su inestabilidad. Es visible a lo lejos, y momentáneamente imprevisible e imprevidente.


Simultáneamente, tanto puede estar llegando a una meta o abandonándola, constelando entonces, soledad y desamparo. Es posible asociarlo a lo irresponsable, distraído, inconsecuente, juguetón, frívolo y tonto.
Podríamos decir, inconsciente distinguiendo así su lado opuesto como símbolo y revelando una sugestiva metáfora sobre la dupla naturaleza del alma humana-conciente- e inconsciente, o así los dos lados de Psique; la mortal y la alada inmortal. La misma palabra animal, etimológicamente, proviene de anima, alma y se sabe que el motivo animal habitualmente simboliza la naturaleza primitiva e instintiva del hombre (Jung, 1964, p. 237). En las fábulas los animales personifican los afectos.


Así mismo, si pensamos, en las aves dentro de su conjunto zoológico, encontraremos a las delicadas e inofensivas aves diurnas, junto con las de rapiña, carnívoras nocturnas oscuras, silenciosas, con las alegres y de múltiples colores.


O sea, en la clase de las aves, encontraremos, y tal vez se pueda decir lo mismo a nivel simbólico, la gracia al lado de lo cruel, formando así una totalidad.


Hay pájaros cantores y el ser humano comparte con ellos ese don. La mayoría asombrosa de las canciones populares son de amor, lo que nos lleva a pensar que es el canto una de las formas por excelencia de la expresión de aquel sentimiento.


La canción Passarim de Antonio Carlos Jobim*, aquí es significativa, pues además de cantarle al amor, trae la imagen del pájaro que se aproxima y se aleja, de un corazón que está herido y maltratado.
Así mismo podríamos imaginar algunos hechos, a través de los labios del estudiante en El Ruiseñor y la Rosa, sin que esto sea demasiado disonante.


Por otra parte, en la leyenda de Parcifal* se encuentra representada una sugestiva relación con el cuento el Ruiseñor y la Rosa y con lo que fue escrito hasta aquí.


Lo más evidente en ambos casos es que los pájaros conducen a los héroes al sentimiento del amor. En ambos hay un pájaro herido y héroes, cuyo camino desaparece bajo sus pies.


EL ESTUDIANTE; AMANTE O AMADOR

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